martes, 6 de noviembre de 2007

Día mundial contra las bombas de racimo

“Make it Happen” (Haz que suceda) es el lema bajo el cual ayer se organizaron actividades de información y protesta en alrededor de 40 países pidiendo la prohibición de las bombas de racimo en la próxima conferencia de Viena del 3 de diciembre.

Impulsados por el Cluster Munition Coalition (http://www.stopclustermunitions.org/), movimiento civil internacional que agrupa organizaciones civiles y no gubernamentales de desarrollo, y del Servicio Jesuita, quien lidera la campaña en Camboya, la Prefectura Apostólica de la Iglesia Católica en Battambang ha querido, a través de la decisión de Kike, el Prefecto Aspostólico, apoyar este movimiento global, por estar muy vinculado a la lucha contra las minas antipersonal.

Las bombas de racimo (conocidas en inglés como “cluster bombs”) son bombas que una vez en el aire abren su coraza para esparcir cientos de bombas más pequeñas del tamaño de una mano, los racimos, sin dirección y control alguno explotando y causando daño haya donde caigan, afectando mayoritariamente a la gente corriente. Sin embargo un porcentaje elevado de estos racimos, entre el 5% y el 30% según el modelo, no llega explotar esperando en el suelo para matar a mutilar a quien las recoja, actuando de este modo como minas antipersonal.

El gobierno camboyano, involucrando oficialmente en este proceso desde el principio, expresó esta misma semana través del Rey, Norodom Sihamoni, su deseo de que se incluya “asistencia a las víctimas, limpieza del terreno y sensibilización al riesgo”. Desde Camboya, fuertemente bombardeada con este tipo de bombas durante la guerra de Vietnam y con millones de minas aún por desactivar, ha surgido el testimonio de miles de víctimas.

En la sede de la Prefectura se organizaron por la tarde bailes tradicionales camboyanos y una conferencia abierta al público para dar a conocer qué son las bombas de racimo y en qué países se han utilizado,. Channneng, un chico de 19 años mutilado de ambas piernas y un brazo, testimonio cruel del uso de explosivos, participó en las lecturas entre otras personas discapacitadas. Así mismo Bopha, una bailarina de 14 años vestida de paloma de la Paz, manifestó estar “muy contenta de bailar por la paz en Camboya en el mundo entero”. Alrededor de 300 personas asistieron al evento, entre ellas un gran número de niños, quienes corren un gran riesgo al confundir los racimos explosivos con juguetes.


El grupo de baile del centro Arrupe para discapacitados representó el baile de la bendición y el grupo de baile de Tahen, que estuvo ya en España en 2.005 y volverá en octubre del próximo año, llevó a cabo una serie de bailes folclóricos acabando con el baile de las minas, alegoría de la situación que se vive en Camboya, pidiendo así la paz y la prohibición de las bombas de racimo.

Más tarde se hizo participar al público mediante concursos, preguntas sobre qué son las bombas de racimo y rellenado en palomas de papel sus mensajes de esperanza. El evento finalizó, entre cantos, con la liberación de palomas de la paz y de globos a los que se engancharon las palomas con los mensajes escritos.

Mientras, a tan sólo 400 metros, ingresaba en el hospital de Emergency una nueva víctima de mina: un hombre joven, padre de dos hijos, vecino de Chem, una mujer también mutilada de mina que trabaja en la Prefectura.

P.D.: El día 28 de noviembre, en Barcelona, y el 29, en Lérida, daremos Kike, Channeng y yo unas charlas sobre las bombas de racimo en El CaixaFoum.

Siempre he sido pacifista pero nunca me consideré militante activo pues, como nos pasa a todos, esto me caía muy lejos. Sin embargo, aquí se te remuevan las tripas y no puedes evitar estar de acuerdo.